Biomecánica
A día de hoy, la producción industrial masiva y el alejamiento de la producción artesanal, nos trae a la vista objetos, millones de objetos salidos de una caja en los que cualquier razón, pasión o persona implicada se nos escapa. Todo sale de una caja como de una sopa primigenia, sin alma, ni razón…
En Clementina hay un trabajo de la vuelta a las personas, un desprendimiento de esa objetualidad anónima, una ruptura con la distancia en la creación y la creatividad, para que las cosas vuelvan a dejar de ser cosas y de nuevo ganen su título de artesanía.
Lo que hace especial
Los 10 tubos de una bicicleta con sus medias y angulaciones no responden a un capricho estético, si no y muy al contrario, es la experiencia milimétrica de una razón biomecánica.
La biomecánica del ciclismo es la conjunción del ciclista con la bicicleta, y la viabilidad del ejercicio sobre esta. Lo que tendría que ser una bicicleta, algo que ya se ha hecho hasta hace no demasiado tiempo sobretodo en el mundo de la competición, es la construcción de un cuadro que se ajuste fielmente a cada individuo.
En Clementina afrontamos esto de dos maneras; una haciendo un análisis y estudio biomecánico, antropométrico y morfológico de cada persona para crear un cuadro de cero o bien a partir de un muy amplio tallaje ( 14 tallas con matices de personalización).
Tras décadas de experiencia biomecánica tanto lúdica como de rendimiento en competición, la titularidad como mecánico de la Selección Española de ciclismo adaptado, la experiencia ganada en el estudio y en la práctica profesional en la elaboración de elementos, adaptaciones y posiciones para las situaciones más extremas ( con consecución de dos títulos mundiales consecutivos de tándem y multiples medallas en pista y juegos olímpicos) todo este conocimiento pasa a la elaboración de cuadros y el montaje de bicis completas.
El estudio biomecánico es imprescindible y va incluido e la elaboración y precio de cada Clementina, un estudio, de la persona con las mejoras objetivas previas necesarias estrictamente morfológicas y el desarrollo de las medidas para la construcción del cuadro. Si no se afronta así la construcción del cuadro entra en un limbo de aproximación que no lo hacen diferente a un cuadro de producción masiva popular. Los sistemas biomecánicos con las que se hacen las Clementinas son los tradicionalemente utilizados para esta labor, sin máquinas de protocolos regularizantes que se centran más bien en tan solo algunos aspectos y son muy imprecisos. Los estudios biomecánicos protocolados utilizan un rango de población con una cierta cantidad de muestra y sacan un promedio generalista (lo que vendría a ser más bien un cuadro de marca popular con tallaje reducido) que nunca puede llegar a ser tan preciso como un análisis individual centrado en los objetivos personales y en la creación del cuadro.
La cuestión no es si esto es un producto de marketing, como una oferta añadida, la cuestión es..¿ Se puede hacer un cuadro de otra manera?, ¿ Hasta dónde puede llegar la precisión de un cuadro sin una prueba biomecánica previa?
-Un biomecánico debe conocer las consecuencias y repercusiones de las variaciones de cada décima de ángulo, de cada milímetro en el o la ciclista. –
Pau Tena Rodrigo