Acero Clementina
El acero con su sencilla complicidad despierta la admiración de un metal cercano pero rico. Las aleaciones de acero guardan un sentido del refinamiento de lo simple (algo que tiene comunión con la cultura del ciclismo).
Poseedor de unas características mecánicas solo superadas por algún material en parte de sus aspectos, rígido y cómodo, dulce pero efectivo, que lo hacen un arma mágica y fiel y nos deja tranquilamente en nuestros pensamientos, la idea de que por su fuerza, siempre va estar como el primer día. Esto no es algo que se pueda decir de muchas cosas..
Desde la primera bicicleta que apareció en la historia el acero siempre estuvo ahí y no estuvo está y estará porque sí, si no porque las características propias de este material en cuestiones como la resistencia, rigidez, elasticidad, así como su accesibilidad, diversidad de tuberías y aleaciones, su peso y tecnología actuales, lo hacen ideal cuando se busca todos los matices tanto en construcción como en el comportamiento en orden de marcha.
No obstante, siempre acecha la eterna pregunta:
-» … el peso??»
Pues sí, es cierto, el acero pesa más, pero en lugar de negarlo o buscar argumentos de vendedor, en Clementina, como buena deportiva, se ha tenido muy en cuenta cualquier aspecto que pudiese generar desventaja, compensándolo con un análisis exhaustivo de geometría, tubería, formas de los tubos, talla, tipo de uso, etc.
No obstante es preciso reconocer algo; un reparto de peso en el global de la estructura del cuadro también la hacen mucho más estable en bajadas y sólida en esprint.
Para nuestras Clementinas siempre confiamos en los mejores tubos de acero de la casa Columbus. Trabajando normalmente con Spirit, Max y XCr principalmente.